Alejandro
Encinas Nájera
Que nadie adelante
vísperas. No está dicha la última palabra. Hay que exigir a Calderón, Peña
Nieto y magistrados de una desconcertante irresponsabilidad como Alejandro Luna, que respeten las
instituciones y los tiempos electorales. Esto es, que no den por consumados
hechos que aún están en curso y que no declaren ganadores prematuramente.
El artículo 116 del Cofipe
ordena que tres días después de celebrarse la jornada electoral (o sea, hoy) se
rectificarán las inconsistencias que pudieran consignarse en las actas
electorales, sean producto de error o dolo. Mientras lees estas líneas, miles de
ciudadanos y personal del IFE instalan los consejos distritales para efectuar
el cómputo de los resultados registrados en las actas de las casillas de las
elecciones para presidente, diputados y senadores. Como detalla Alejandra
Lajous, en los consejos, además de un funcionario del IFE, hay seis consejeros
electorales y representantes de todos los partidos políticos. Los partidos
llevan a dicha reunión sus respectivas actas. Ahí, una por una, se confrontan
los resultados de las actas, y si no coinciden o son notorias posibles
alteraciones, se abren los paquetes con las boletas y se cuentan uno por uno
los votos de la casilla dudosa. Todo esto se realiza en sesiones abiertas, así
que quien quiera asistir, está a tiempo y tiene todo el derecho de hacerlo.
Todas las cifras que hasta
ahora conocemos, desde las tremendamente “equivocadas” encuestas que daban un
abismo de ventaja a Peña Nieto, hasta los conteos rápidos, el PREP y las
encuestas de salida, carecen de validez legal. Será hasta que finalicen los
conteos distritales cuando conoceremos los resultados oficiales. Y la cosa no
termina ahí. En ese momento el IFE le pasa la estafeta al Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación, el cual tiene la responsabilidad de resolver
todas las impugnaciones de los competidores, pero sobre todo deberá verificar
que las distintas etapas del proceso electoral hayan transcurrido con equidad,
certeza, transparencia e imparcialidad. Una vez que haya culminado esta larga y
sinuosa cadena de etapas, se declara la validez o no de la elección.
Por lo pronto, el
Movimiento Progresista ha detectado que de las 143 mil casillas que se
instalaron el pasado domingo, cuando menos 113, 855 actas tienen
inconsistencias. Para depurarlas, la ley contempla la reapertura de los
paquetes electorales durante las jornadas de los cómputos distritales. Estas
irregularidades no necesariamente implican dolo o alteración ventajosa, pues pueden
derivarse de un error o descuido humano. Es fundamental aclarar en qué consiste
la diferencia:
¿Qué es una inconsistencia
aritmética? El investigador José
Antonio Crespo detalla que en cada acta hay varios campos de registro que deben
coincidir entre sí, llamados rubros fundamentales: 1)Total de ciudadanos que
votaron (CV) 2)Total de boletas encontradas en la urna al término de la jornada
(BEU) y 3)Votación total emitida (VTE). Cualquier diferencia aritmética entre
estos rubros, podría indicar la existencia de votos irregulares, es decir, que
faltan o sobran injustificadamente.
No se puede asumir siempre
que un error aritmético sea un error de cómputo, el cual implica la presencia
de votos irregulares, pues la no coincidencia aritmética entre los rubros
fundamentales podría ser resultado de una equivocación, una distracción o una
cifra mal anotada. En estas circunstancias, los datos disponibles permiten dar
una explicación lógica al error y corregirlo. En cambio, el error de cómputo
ocurre cuando no se encuentra explicación lógica de la inconsistencia. En tal
circunstancia se daña la certidumbre del resultado. La ley de impugnación electoral
en su artículo 75 (F) señala como una de
las causales para anular la votación en una casilla: “Haber mediado dolo o
error en la computación de votos, siempre que ello sea determinante para el
resultado de la votación.” En términos jurídicos es irrelevante si la anomalía
fue resultado de actos de mala fe como la introducción o extracción de boletas
a favor de un candidato, o un acto no intencional en el conteo de votos, pero
que aún así empaña el resultado de la elección.
Otras causales para abrir
los paquetes electorales durante los conteos distritales son: Que la diferencia entre el primer y el segundo lugar
sea menor al 1% y así lo solicite el segundo lugar; Que todos los votos
depositados sean a favor de un mismo partido; Que el número de votos nulos sea
mayor a la diferencia entre los candidatos ubicados en el primero y segundo
lugares en la votación; Que existan inconsistencias evidentes en los elementos
de las actas, salvo que puedan corregirse con otros a satisfacción plena de
quien solicite; Que no existiera acta de escrutinio y cómputo en el expediente
de la casilla, ni obrara en poder del presidente del Consejo, y; Que se
detecten alteraciones evidentes en las actas que generen duda fundada sobre el
resultado de la elección en la casilla.
Para caer en cuenta de la relevancia que tienen los
conteos distritales, cito el siguiente ejemplo: En la casilla ubicada en la
sección 5614 en el municipio de Cuautitlán, Estado de México, el PREP reportó
que hubo una participación ciudadana del 235 por ciento. Siendo esto imposible,
ahí mismo se aclara que esta casilla no ha sido contabilizada. Será sólo a
través de la apertura del paquete electoral, como sabremos qué fue lo que ahí sucedió;
si acaso embarazaron la urna, o fue un error de quienes anotaron los resultados
en las actas.
A todos, conviene
–incluido quien hoy se da por ganador–, que se le impriman a estas elecciones
la máxima transparencia y certidumbre. En democracia sólo las urnas confieren
legitimidad. Por eso es inaceptable que voces coléricas y reaccionarias clamen que
se acepte sin cuestionamientos los resultados que hasta ahora se conocen. Como
tuiteó, @ClouthierManuel (retuiteado por 2302 tuiteros al cierre de este artículo), “Lo
chistoso de este país es que el que defiende sus derechos es prepotente,
berrinchudo, loco, etc. Pero el que pisotea los derechos no!”
Vendrán tiempos en los que
las fuerzas que integran el Movimiento Progresista habrán de tomar definiciones
políticas y jurídicas, así como elegir el rumbo a seguir. Pero durante los
próximos días, dejemos que hablen las actas...y los votos.
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