lunes, 7 de noviembre de 2011

2006: La transición interrumpida (Fragmentos de la Introducción del libro)

A inicios de la década de los noventas, académicos del mundo entero se volcaron a festejar el arribo de la tercera ola de las transiciones. En su cresta venía la democracia, una invitada muy pretendida. Para la segunda mitad de la década, el especialista en la materia, Guillermo O´Donnell, advirtió que muchos de los países que estaban inmersos en este proceso no lograron alcanzar la consolidación y revirtieron en nuevas formas de autoritarismo. Otros tantos permanecieron en un área gris, intermedia, en la cual las incipientes instituciones y prácticas democráticas coexistían con los mecanismos y el ejercicio autoritario del poder.[1] Culminada la década, Steven Levitsky y Lucan A. Way sostuvieron que visto a la distancia, quedó claro que en gran parte del mundo las tempranas esperanzas por la democratización fueron excesivamente optimistas. De acuerdo a estos investigadores, muchos regímenes autoritarios lograron sobrevivir al paso de la tercera ola. En otros casos, el colapso del régimen no derivó en democracia, sino en una forma novedosa y actualizada de autoritarismo. El problema que la ciencia política debe enfrentar en la actualidad, es que en tanto ha emergido una extensa literatura concerniente a las causas y consecuencias de los procesos de democratización, la investigación que se ha emprendido acerca de la emergencia o persistencia de regímenes no democráticos es escasa. Democracia restrictiva, incompleta, selectiva, pseudo, de fachada, delegativa, degradada: con el afán de alcanzar la precisión conceptual, las nuevas investigaciones se han visto obligadas a adjetivizar a la democracia, haciendo patente su estado inacabado. Sería más adecuado hablar de formas atenuadas o reducidas de autoritarismo que seguir inventando tipologías disminuidas de democracia. Para el caso mexicano, mi propuesta de análisis se centra en la transición interrumpida. El trayecto aún no había alcanzado su fase de consolidación, cuando en 2006 se le asestó un grave revés. ¿Qué fue lo que pasó si se iba por buen camino?

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Investigar qué fue lo que realmente sucedió en las elecciones presidenciales del 2006 implica sumergirse en un océano de pasiones y subjetividades. Es un hecho tan reciente y controvertido, que incluso las fuentes más confiables y mejor sustentadas no escapan de una dosis valorativa. El escritor Juan Villoro observa que “El cronista de la arena pública no es un testigo indiferenciado; está influido por la subjetividad, derivada de ser contemporáneo de las cosas que narra. No hay miradas puras y lo primero que debe establecer un narrador es su perspectiva para contar la historia.”[2]

En esta tesis me propuse realizar un esfuerzo por hacer a un lado mis posiciones políticas y entablar un compromiso con la academia y el método social. El trayecto no estuvo exento de vaivenes y tensiones, de disputas internas entre estos dos frentes por conseguir la supremacía. Ya juzgará el lector cuál fue el factor que predominó.

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¿Podemos hablar de una transición acabada cuando nuestra democracia es selectiva y permite a unos llegar pero a otros les bloquea el camino? ¿Podemos hablar de una transición completa cuando en México se ha impedido a toda costa que la izquierda llegue a la Presidencia de la República? La hipótesis que se pretende comprobar a lo largo de esta investigación es que en los años recientes se formó una poderosa coalición conservadora, antidemocrática y con poder de veto, conformada por cúpulas políticas, empresariales, financieras, mediáticas, sindicales y clericales, que no escatima recursos, legales o no, para impedir que sus privilegios y el status-quo se vean alterados. De tal modo, la democracia será efectiva y plena, en tanto la las opciones a elegir no alteren los intereses y privilegios de las élites económicas y de los poderes fácticos. Pero cuando un contendiente con posibilidades de triunfo plantea un desafío de transformación social, aún cuando sea lanzado por la vía institucional y legal, este bloque disciplinadamente cierra filas e impide su paso a como dé lugar. Los años previos al 2006, teniendo como corolario el proceso de desafuero del jefe de Gobierno del DF, lo corroboraron fehacientemente.

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Existe una extensa bibliografía acerca de las elecciones presidenciales de 2006. Era de esperarse: se trató de un parteaguas en la política nacional. Muchas publicaciones lindan con la apología o el panfleto; otras tantas pretenden reivindicar el actuar de uno de los personajes involucrados. Algunos son estudios serios, sustentados en métodos cuantitativos; otros se ciñen a un episodio específico del proceso y lo exponen acuciosamente. Es más: se han escrito novelas al respecto. En su conjunto, brindan un abanico rico en información y diversidad. Hay investigaciones de alta calidad cuyo común denominador es que se concentraron en una sola etapa: campañas, calificación de la elección, los años que antecedieron las elecciones, etcétera. Al consultar estas fuentes detecté un vacío. De ahí surgió el propósito de emprender esta investigación: sistematizar y desarrollar desde el comienzo la cadena de sucesos que conformaron las elecciones presidenciales de 2006 para brindar una visión panorámica y global sobre este proceso político.

De tal modo, en el capítulo 1 se delimita un marco conceptual cuyo propósito es explicar qué se entiende por transición a la democracia. Se exponen los avances que ha tenido el país en cuanto a procesos electorales y pluralización política, pero también sus retrocesos y pendientes.

El capítulo 2 desciende en la escala de abstracción y aterriza en el terreno de lo empírico. Aquí se desarrolla la larga serie de sucesos que antecedieron las elecciones de 2006, partiendo del error de origen: la conformación bipartidista del Consejo General del IFE en 2003. Desde ese momento se fue conformando un escenario adverso para la vigencia de las condiciones que requiere una democracia para realizarse. Aunado a ello, las numerosas confrontaciones entre el Ejecutivo Federal y el jefe de Gobierno capitalino, anticipaban unos comicios electorales que polarizarían a la sociedad.

En el capítulo 3 se analizan las estrategias electorales implementadas por los dos candidatos punteros y por las fuerzas políticas, económicas y sociales que los respaldaron. Si se pretende alcanzar una comprensión completa de lo que ocurrió en el país durante los tiempos de campaña, es insuficiente centrarse en las figuras de los candidatos, pues éstos actuaron en un contexto fuertemente influido por otros protagonistas de la política nacional. Es por este motivo que en este capítulo se profundiza en el papel que desempeñaron los medios de comunicación, algunos sindicatos, las cúpulas empresariales, los otros partidos políticos –poniendo especial énfasis en las fuerzas escindidas-, las autoridades electorales encargadas de vigilar la equidad en las campañas, algunos gobernadores que intervinieron en el proceso, y el presidente de la República. Se busca responder ¿qué hicieron unos para ganar, y qué hicieron (o dejaron de hacer) los otros para perder?

En el capítulo 4, Los organizadores y los jueces de 2006, se presenta un análisis crítico sobre el desempeño de las autoridades electorales. Como se corroborará, la consecuencia más grave de su actuar fue la erosión de la confianza ciudadana en los proceso democráticos. Reponer esta pérdida tomará mucho tiempo.

Para finalizar, el capítulo 5 trata sobre las consecuencias que estas elecciones arrojaron en el Sistema Político Mexicano, partiendo desde el análisis de la nueva correlación de fuerzas, hasta llegar a abordar el contexto de polarización y crispación social y la crisis de representación por la que el país atraviesa. El tema que invariablemente ocupa el centro es la legitimidad.


Como se observa en este breve recorrido, la tesis fija su punto de partida en el año 2003 y culmina describiendo acontecimientos de finales de 2008. Es a través del enfoque global que se pretende brindar una contribución al estudio y comprensión de estos relevantes comicios electorales.

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Esta investigación se realizó a lo largo del año 2008 y el primer semestre del 2009. A la fecha, considero pertinente su consulta al menos por tres razones:

1.2006 fue un parteaguas en la política nacional. Las circunstancias actuales, tales como la guerra en contra del narcotráfico, la inseguridad, el fortalecimiento del PRI, las alianzas entre los partidos de izquierda y el PAN en varios comicios locales y la generalizada sensación de descomposición de la vida pública, no pueden entenderse sin dimensionar la influencia que aquellos comicios presidenciales tuvieron en la reconfiguración de la arena política.

2.Ha arrancado la sucesión presidencial del 2012. Nos avecinamos a unas elecciones que posiblemente tendrán un elevado nivel de competitividad y que no estarán exentas de conductas ilegales y antidemocráticas por parte de diversos actores involucrados. Sin embargo, el entramado normativo e institucional permanece casi intacto. Si bien la última reforma electoral, consecuencia de las elecciones del 2006, tuvo aportaciones importantes, como impedir la contratación de tiempo en los medios de comunicación a los partidos políticos, también conllevó a severos retrocesos, como los candados a las coaliciones. Aunado a ello, la mayoría de los titulares del IFE y del TEPJF adolecen del mismo mal que sus antecesores: deben su cargo a algún grupo político, no a sus méritos y capacidades. De manera dolosa, en el Sistema Electoral Mexicano prevalecen averías y flancos vulnerables que, bajo el contexto desfavorable que se aproxima, podrían abonar en el descrédito ciudadano a la vía democrática.

3.Para la izquierda es imprescindible reflexionar sobre lo que ocurrió en 2006, pues si aspira a ganar las elecciones y gobernar el país, tiene que aprender de los errores cometidos en el pasado.



[1] Guillermo, O´Donnell, “Ilusiones sobre la consolidación”, en Nueva Sociedad # 144, Julio- Agosto 1996, pp. 70-89

[2] Juan, Villoro, “Detente apocalipsis: tengo un plan B”, en Roger, Bartra, Izquierda, democracia y crisis política en México, México, Nuevo Horizonte Editores, 2007