miércoles, 27 de octubre de 2010

Más baratos

Alejandro Encinas Nájera

La botarga del Doctor Simi sonríe y festeja. El bloque conservador y mayoritario en el Congreso (PAN-PRI-PVEM) ha renunciado a su función de representar el interés público y ha asumido sin pudor alguno el papel de correa de transmisión de los grandes empresarios del país que ven en San Lázaro un lobby para legalizar sus negocios. En esta ocasión, las grandes ganadoras fueron las empresas farmacéuticas. Con 333 votos a favor, esta semana fue aprobada una iniciativa de reforma presentada por el diputado Pablo Escudero (cuyo suegro, dicho sea de paso, es Manlio Fabio Beltrones) que permitirá al IMSS entregar vales de medicinas a los usuarios cuando exista un desabasto en sus farmacias, o sea, siempre.

“Si el gobierno no puede, que te lo pague”. Basta recordar que con este slogan el PVEM se lanzó en campaña. Dicha frase, además de demagógica, ocultaba un interés empresarial. Resulta que el hermano del fundador de los verdes es dueño de las Farmacias Similares, un emporio que se ha expandido como el peor de los cánceres en todo el país. Éste sólo hecho evidencia el uso patrimonialista de un partido político que sólo representa los intereses de una familia. El bloque PRI-PAN no sólo respaldó la medida como un pago de favores y una apuesta por ganarse el aplauso de Televisa y Tv Azteca (quienes patrocinan a la telebancada). En esta decisión hay algo aún más lamentable: la renuncia voluntaria de capacidades públicas, el desmantelamiento de las últimas reminiscencias del Estado Benefactor. En efecto, esta reforma representa la profundización de la privatización del sector salud y el desmantelamiento de uno de los pilares de la seguridad social en México. Es indudable que el estado deplorable del IMSS no es una fatalidad, sino un componente de la agenda neoliberal.

Frente a la consumación de este atraco, yo no puedo comprender cómo es que hay todavía sectores de la izquierda que insisten en aliarse con un partido de derecha en gran medida responsable de la debacle nacional. Sólo una cosa me queda clara: que los legisladores que aprobaron esta reforma son lo mismo, pero más baratos.