sábado, 9 de junio de 2012

¡Gracias Peña Nieto!

Alejandro Encinas Nájera ¿Ya les conté la buena nueva? Enrique Peña Nieto no va a ser presidente. Se ha derrumbado el mito. Ese mito según el cual su triunfo era inevitable y las elecciones un mero trámite o ritual legitimador con ganadores y perdedores predeterminados. Ellos creían que 2012 sería un apacible día de campo, pero hoy, al igual que Yuri, maldicen la llegada de “La maldita primavera”. Hoy vemos a muchos priístas que hasta hace unos días sonreían arrogantemente, postrados e incapaces de comprender las irrupciones de ciudadanía por doquier. La disputa por la Presidencia va en serio. ¿Pueden imaginar cuántos poderosísimos intereses, inversiones, negocios y dádivas están en riesgo ante la eventual derrota de Peña Nieto? Eso explica su nerviosismo y, por ende, la larga serie de errores garrafales que esta coalición de intereses ha cometido en las últimas semanas. El dinosaurio está herido. Y cuando lo hieren, da coletazos muy fuertes. Ha arrancado la reedición de la guerra sucia en contra de López Obrador. Saben que caballo que alcanza, gana. Y en la última recta el tabasqueño les viene pisando los talones. Vendrán semanas muy duras, de muchos ataques y golpes bajos. Pero el contexto es totalmente distinto al de 2006: López Obrador y su equipo ya aprendieron que no hay que desestimar los ataques, difamaciones y calumnias, sino que deben ser respondidos puntual y categóricamente. Más importante aún es el papel que ahora juegan miles de mexicanos a través de las redes sociales, constituyéndose como un vital contrapeso a la monopolización de la información por parte de dos consorcios mediáticos. A estas alturas del partido, la competencia se ha cerrado a dos: López Obrador y Enrique Peña Nieto. Es acertado vaticinar en el comportamiento de los electores una proclividad al voto útil. Según una encuesta publicada en Reforma, si la elección sólo fuera entre estos dos candidatos (como en los hechos lo es), el 46% de los seguidores de la rezagada Josefina Vázquez Mota favorecería con su voto a Andrés Manuel López Obrador. De ahí la notoria desesperación de Peña Nieto, quien en últimas fechas se ha dedicado a recibir en sus filas supuestos refuerzos que requieren de oxígeno para sobrevivir. Me refiero a personajes de lo más variopintos como Vicente Fox, Manuel Espino, Rosario Robles, Ruth Zavaleta, Lía Limón, René Arce y otros tantos de cuyo nombre prefiero no acordarme. En la coalición de intereses que postula a Peña Nieto todos caben: desde la extrema derecha, hasta políticos provenientes de la militancia izquierdista completamente desacreditados. ¿A qué se debe todo esto? ¿Qué es lo que está pasando? México está despertando. En efecto, se sacudieron fibras sensibles en el momento en que los universitarios tomaron las riendas del proceso político. Por paradójico que pueda llegar a sonar, las emocionantes jornadas democráticas que han estremecido al país en las últimas semanas se las debemos en gran medida a Peña Nieto, a los poderes fácticos y al PRI. El despertar fue una reacción colectiva ante afrentas y burlas desmedidas. Por eso hay que agradecerles. Gracias Enrique, porque por tus excesos, frivolidad, desplantes autoritarios y miopía para comprender las nuevas realidades, infundiste motivos para que la indignación atomizada comenzara a articularse. Gracias Televisa y Tv Azteca por haberse excedido en su soberbia y arrogancia, pensando que los mexicanos íbamos a comprarles su tv novela. Gracias también a Carlos Salinas y compañía, por equivocarse en su cálculo y en vez de postular a un egresado de Harvard, adoctrinado en el neoliberalismo y servil a agendas políticas ajenas, nombraron a alguien con las mismas creencias pero muy corto en su preparación: a un producto de la mercadotecnia con pies de barro que no ha sido capaz de hilar dos ideas coherentes fuera del script. Hay que agradecer también a Elba Ester Gordillo por su apoyo descarado al ex gobernador mexiquense. Gracias a los políticos del viejo régimen, porque si acaso existía el riesgo de que se desinflaran la movilizaciones, ellos obsequiaron declaraciones que infundieron nuevos motivos para seguir en pie de lucha. Gracias Niño Verde porque al calificar a los participantes del #YoSoy132 como ninis, nos dibujaste una radiografía precisa de toda una concepción política y social que profesan tus aliados. Y por sobre todas las cosas, gracias Vicente Fox por ser como eres.

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