miércoles, 30 de septiembre de 2009

¿Bono demográfico?

México está dilapidando una oportunidad histórica que no volverá en este siglo: su bono demográfico. Se trata de una fase en la que la población en edad de laborar es mayor que la dependiente (niños y adultos mayores), y por tanto la economía debería tener alto crecimiento y las pensiones cabal salud. Al paso que vamos la suerte de hoy puede mutar en calamidad. ¿Qué haremos después del 2020 cuando la pirámide poblacional se invierta y nos convirtamos en un país de viejos que olvidó tomar previsiones? Hoy hay más de 22 millones de mexicanos entre los 14 y 24 años de edad, pero la oferta laboral no es capaz de absorber a esta fuerza productiva (precarizar el empleo no es alternativa). Las consecuencias son muy graves:

Por una parte, 7 de cada 10 inmigrantes a EUA oscilan en estas edades. La tendencia es que incremente la migración de fuerza laboral con mayor calificación y escolaridad, costo no redituable para el país, y exención de gastos para el primer mundo. Además, la ola de desempleo azota principalmente entre los jóvenes: sólo el 30% de los egresados encuentra trabajo durante el 1er año, y de estos, únicamente el 30% labora en un ámbito relacionado a sus estudios. A estos factores habría que agregar una inmovilidad social semejante a la del feudalismo. Lorenzo Meyer recuerda que quien nacía pastor permanecía como tal, y de igual manera quien nacía noble estaba predestinado a ser propietario y recibir homenaje, no importando cuan talentosos fueran los primeros e idiotas los segundos.

La inmovilidad, los estamentos fácticos con sus fueros y privilegios y la falta de oportunidades para las mayorías, cancelan toda posibilidad para la cohesión social y favorecen la proliferación de la informalidad, la violencia y el crimen organizado. México está inmerso en una guerra de baja intensidad entre jóvenes militares y jóvenes sicarios. Y en estas andanzas el bono demográfico se escurre como líquido de nuestras manos. www.lanetafisica.blogspot.com

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